Al amanecer del 6 de septiembre de 1930 el general Uriburu llega al Colegio Militar con un grupo de partidarios. Pequeños destacamentos militares de la Capital se declaran en rebelión y se concentran en Colegiales, mientras en Belgrano y en Flores se reúnen grupos de civiles. Un avión, salido de El Palomar, sobrevuela la Capital y arroja propaganda revolucionaria. Muy pronto le siguen otras máquinas aéreas, que en número de 24 recorren distintas zonas de la ciudad, y amenazan con bombardear los regimientos de infantería de Palermo si no se pliegan a la revolución. La policía realiza detenciones de civiles y militares sorprendidos con armas en concentraciones. A las 10 de la mañana cruza la ciudad el estridente sonido de la sirena de Crítica, con el anuncio de la revolución. En esos momentos se pone en marcha sobre la Capital el Colegio Militar. A la cabeza va Uriburu, quien cursa el siguiente mensaje al vicepresidente Martínez: “En este momento marcho sobre la Capital a la cabeza de las tropas de la primera, segunda y tercera división de ejército. Esperamos encontrar a nuestra llegada su renuncia de vicepresidente, como también la del presidente titular. Los hacemos a los dos responsables por cualquier derramamiento de sangre para sostener un gobierno unánimemente repudiado por la opinión pública”.
General José Félix Uriburu
audio original de su primer discurso Septiembre 1930
¿Cómo cubrió la prensa (vernácula y extranjera) la primera tragedia institucional argentina?
En la madrugada del día 7 los diarios matutinos informan detalladamente sobre la jornada anterior: “Ayer -dice La Prensa-, en un movimiento popular, verdadera apoteosis cívica, Buenos Aires ha enterrado para siempre el régimen instaurado por el señor Yrigoyen”. El diario vespertino Crítica agota los adjetivos en la ponderación del movimiento revolucionario. En los días siguientes el periodismo se hace eco de la resonancia que la revolución triunfante ha tenido en el exterior, y reproduce comentarios del New York Times, The Sun y otros diarios estadounidenses, que declaran su satisfacción por el cambio producido en la dirección política de la Argentina. Por el contrario, el diario católico italiano Il Corriere lamenta que haya sido derrocado el único gobierno de la América del Sur “que estaba en condiciones de ponerse a la cabeza de las repúblicas latinoamericanas para contrarrestar las ambiciones de hegemonía de los Estados Unidos”.
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