Dueño de un estilo ridículo y aparentemente simple, Gaillard concentró la atención de la prensa cuando en 2002 logró infiltrarse en la final del fútbol francés, en el estadio nacional, haciéndose pasar por un jugador del equipo Lorient. Llegó así a saludar al ex presidente Jacques Chirac y a ser confundido con uno más de los que acababan de ganar la copa. En ese momento, habló para la televisión, firmó autógrafos y apareció al otro día en varias fotos del periódico deportivo L'Equipe. Ahora, Gaillard arremete contra las Olimpíadas, protagonizando dos videos en los que capta la atención de la calle sorteando pruebas de un supuesto pentatlón y forzando ejercicios gimnásticos que parecen muy desafiantes. (Clarín.com)
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