viernes, 1 de agosto de 2008

VOLVER DEL INFIERNO

El 1° de agosto de 1976, en el viejo trazado alemán de casi 23 kilómetros y sus legendarias 172 curvas -un dibujo impensado para nuestros días-, la Fórmula 1 diagramaba la clasificación de su décima fecha. Ese sábado, el coche de Lauda tocó el pianito de la curva Bergwerk y se descontroló, pegó contra el guard-rail externo y estalló el tanque. Apareció en escena el fuego, el enemigo más atroz que tenían los competidores de esa década. Brett Lunger venía detrás y chocó a esa masa de hierros candentes y la arrastró cien metros más. El caos absoluto, el dolor...

Gentileza Agende de Reflexión nº 458
La Nación

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