miércoles, 1 de abril de 2009

Raúl Alfonsín, un político digno...



La honradez y la dignidad no son cualidades que enaltecen a nuestros políticos.

Con la muerte de Raúl Ricardo Alfonsín tal vez se cierre un ciclo, quizá se obture la etapa del homo politicus aristotélico, es decir la del hombre (en sentido genérico) que encarna la virtud del civismo y del compromiso por la cosa pública, por el bien común…

Me refiero a esa integridad que forja a la persona como ciudadano, como sujeto fiel a sus convicciones y militancia; que sin lugar a dudas cometen errores (y a veces caen en lo que no es “políticamente correcto” ) pero que al responder a la vocación de diálogo y de consenso se transforman en seres contundentes, señales meridianas en las instituciones de un país; de un país enmohecido por la herrumbre del doblez y la felonía.

Adiós a un buen hombre, adiós al político que inauguró el retorno de la democracia con la bonhomía del caudillo…

A.G.De C

1 comentario:

Anónimo dijo...

Coincido. Cuando voté por primera vez fue con el retorno de la democracia, lo hice por Alfonsín Martínez. Recordar pacto sindical militar para evitar enjuiciamiento a la Junta si ganaba el FREJULI. Hebe de Bonafini... no se acordará????